SAN LUIS POTOSÍ, 16 MAR/NEWS HIDALGO/.- Una reforma electoral debe ser el resultado de una discusión amplia, incluyente y, en consecuencia, democrática, pero si se plantea para mermar la calidad de la representación política, lastimar o disminuir las condiciones de equidad en la competencia, acotar los derechos político-electorales o para debilitar la autonomía y la independencia de los órganos electorales, no vale la pena hacerla y no debe ser aceptada, advirtió aquí el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.
“Una reforma electoral tiene que servir para avanzar en la consolidación y fortalecimiento de nuestro sistema democrático, para ampliar derechos de la ciudadanía, para perfeccionar normas y procedimientos, no para mermarlos”, reiteró.
Al participar en el panel inaugural del XII Encuentro Nacional de Educación Cívica: Reforma política y calidad de la democracia, Córdova Vianello sostuvo que de cara a las elecciones de 2024 “no es necesaria una reforma electoral para que se siga recreando la democracia en el país” y, en todo caso, bienvenidos los cambios si tienen un sentido positivo y no regresiones.
Con lo anterior, coincidieron los expresidentes del Instituto Federal Electoral (IFE) Luis Carlos Ugalde Ramírez y Leonardo Valdés Zurita, quienes lo acompañaron en el panel.
Córdova Vianello planteó la premisa de que el sistema electoral nacional es producto de un proceso evolutivo en el que destacan una sucesión de cambios político-electorales y tres condiciones ante una eventual reforma en la materia: que sea producto del consenso, que mejore el sistema electoral y que no sea regresiva.
Advirtió que “un mayoriteo en este delicado asunto siempre abrirá la puerta para que alguien en el futuro pueda desconocer esa reforma y decir que perdió por culpa de las reglas o por culpa del árbitro”.
Si hubiera una reforma electoral antes de 2024, añadió Córdova, se trataría de la primera reforma en 25 años, que se pone a prueba en una elección presidencial.
El Presidente del INE dejó en claro que la calidad de los procesos democráticos depende en gran medida de las normas y de las instituciones electorales que los constituyen, es decir, de las reglas del juego.
“Pero también del consenso que exista en torno a dichas leyes e instituciones y, por ende, su cumplimiento, un consenso que debe darse desde su origen y del compromiso y lealtad democrática de las fuerzas políticas que son, en todo contexto democrático, autores de esas reglas y a la vez sujetos de la aplicación de las mismas”.
Reforma positiva que no regrese al autoritarismo
En el panel, moderado por la Consejera Presidenta del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de San Luis Potosí (CEEPAC), Paloma Blanco López, intervino Leonardo Valdés Zurita, quien estableció que lo deseable es que la democracia no retroceda y siga avanzando.
Indicó que se deben preocupar por la calidad de las elecciones y la ciudadanía, en consecuencia, se apropiará de esos instrumentos y aumentará la calidad de la democracia, “hay que impulsar reformas que vayan en el sentido positivo y que no intenten regresar al autoritarismo”.
Las reformas electorales, dijo, “son procesos complejos en los que las fuerzas políticas intentan encontrar consensos, a partir de lo que consideran es mejor para un sistema electoral”.
Por ello enfatizó que las reformas electorales deberían buscar que la democracia avance, pero “hay reformas políticas y electorales que producen lo contrario, debilitan a la democracia, la ponen en jaque y no ayudan a que se consolide”.
No cumplir las reglas del juego implica hacer trampa
Luis Carlos Ugalde coincidió en que no se requiere una reforma político-electoral para recomponer la calidad de la democracia mexicana, sino el cumplimiento de las leyes, “cualquier democracia requiere reglas del juego que se cumplan, no hacerlo significa hacer trampa, hacer fraude”.
Consideró necesario recuperar la deliberación democrática que implica un aprendizaje colectivo “en los últimos años estamos viendo un proceso de exclusión democrática, en donde cada quien se aísla en su propio gueto de creencias, sentimientos, odios y estigmas”.
Coincidió con Zurita en afirmar que una reforma político-electoral puede ayudar a mejorar la calidad de la democracia, “siempre y cuando se cumpla; el gran problema es si se trata de una mala reforma, es mejor quedarnos como estamos”.
Y añadió: “al escuchar al Presidente de la República plantear sus preocupaciones del sistema electoral bajo estigmas y sin evidencia y con una suerte de desmontar todo lo que existía antes en aras de reconstruir avances del llamado creacionismo, si ese es el tono de la discusión es mejor quedarnos como estamos”.
En caso de una eventual reforma electoral Ugalde propuso seis ideas: la segunda vuelta en la elección presidencial; el voto obligatorio con consecuencias; la representación proporcional en el Congreso 50/50; procesos de justicia electoral para desalentar la intromisión del crimen organizado en procesos electorales; expandir la libertad de expresión y el financiamiento público a los partidos políticos.
Al acto inaugural también asistieron el Consejero del INE, Martín Faz; el Consejero del Instituto Electoral del estado de Guanajuato, Luis Gabriel Mota, y el coordinador general del XII Encuentro, Consejero Marco Iván Vargas Cuéllar.