Necesario preservar el cine mexicano para fomentar la diversificación en sus producciones

PACHUCA DE SOTO, 07 ABR /NEWS HIDALGO/.- Para ofrecer a las nuevas generaciones, tanto nacionales como internacionales, la oportunidad de conocer y apreciar el cine mexicano, Emmanuel Román Espinosa Lucas, profesor de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), afirmó que es necesario crear más cinetecas para preservar el patrimonio cultural e histórico de México, promover la educación fílmica y diversificar la oferta cinematográfica.
El catedrático del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) explicó que la Cineteca Nacional de México se creó a partir de una iniciativa gubernamental para proteger y promover el legado filmográfico del país, cuyas raíces se remontan al Porfiriato, e inaugurada el 17 de enero de 1974 con la proyección de El compadre Mendoza (1933), de Fernando de Fuentes, porque el cine pasó de ser un experimento a una forma de expresión artística y un medio de entretenimiento.
La Cineteca se construyó en uno de los foros de los Estudios Churubusco y estaba conformada por dos salas de proyección abiertas al público: el Salón Rojo y la Sala Fernando de Fuentes. Además, en 1980 albergó el Foro Internacional de la Cineteca, un espacio creado con el objetivo de presentar filmes de realizadores emergentes. Desafortunadamente, el 24 de marzo de 1982, un incendio destruyó gran parte del legado fílmico de México. No obstante, reabrió sus puertas el 27 de enero de 1984 gracias a la insistencia de la población.
“Muchas veces no comprendemos que el cine forma parte de nuestro legado cultural. Cuando se presentan eventos de esta naturaleza, el más perjudicado es el pueblo, pues pierde un espacio de preservación y conservación, pero también una parte de su identidad. El cine es un registro del pasado que nos permite acceder a las relaciones sociales y culturales de una época, reflejando nuestro desarrollo cultural y cómo nos percibimos en el presente”, agregó Emmanuel Espinosa.
Por otra parte, comentó que México alcanzó un reconocimiento internacional durante la Segunda Guerra Mundial, lo que permitió consolidar la época de oro del cine mexicano. Sin embargo, con el tiempo, el cine comenzó a perder parte de su esencia y se transformó en el denominado “cine de ficheras”, caracterizado por producciones más baratas y temáticas como la represión sexual o la comedia erótica, elementos que aún se replican en el cine mexicano actual.
“La imagen del cine mexicano se vio mermada debido a la oferta excesiva de filmes asociados a la comedia romántica, que aunque son una apuesta segura, el problema radica en la sobreexplotación de este género. Actualmente, gracias a las plataformas de streaming, podemos acceder a cine mexicano que antes era exclusivo de festivales: un cine profundo, complejo y desafiante para la audiencia”, indicó el docente Garza.
Esto no solo representa una pérdida de diversidad en las temáticas propuestas, sino también un problema en la forma en que el público se acerca al cine nacional. De ahí la importancia de rescatar el cine mexicano, no solo en su formato físico, sino también para demostrar que existen producciones más profundas y experimentales que desafían los géneros más populares, lo que permitiría ampliar las oportunidades para productores, artistas y espectadores.
“A las y los mexicanos nos gustan las historias, somos cinéfilos por naturaleza. Lo que necesitamos ahora es promover una mejor educación fílmica, diversificar el cine para que la juventud actual conozca distintos géneros, y crear una red de cinetecas que ofrezca una mayor variedad de cine. Al final, se trata de recuperar la esencia de estar en un teatro y vivir al máximo el séptimo arte”, concluyó.