Necesario atacar causas y no solo efectos de la pandemia: Premio Nobel de la Paz
PACHUCA DE SOTO, 03 SEP/News Hidalgo/.- La vacuna no es suficiente para terminar con epidemias globales como la del COVID-19, es necesario un cambio de modelo de sociedad que propicie mayor igualdad social y mantenga el equilibrio ambiental, así lo señaló el Nobel de la Paz 1988, Adolfo Pérez Esquivel, en su conferencia “Desafíos Postpandemia” presentada en la 33 Feria Universitaria del Libro (FUL) 2020 de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
El artista y pacifista argentino sostuvo que el COVID-19 tiene su origen en la destrucción de la naturaleza y la biodiversidad, pues cuando se rompe el equilibrio de la Tierra se genera violencia estructural, política, social y económica, lo que lleva a la sociedad a situaciones límites. “Con una vacuna no se resuelve el problema, estamos atacando los efectos y no las causas”, consideró.
El Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel cuestionó el significado de la palabra “desarrollo”, pues para algunos puede significar tener mejores celulares, vehículos, entre otros aspectos. Sin embargo, para culturas como la de los mayas no existía dicho término, en cambio, ésta civilización usaba la palabra “equilibrio”.
Por ello advirtió que mientras no se ataque la raíz del problema, van a seguir complicaciones como el coronavirus o epidemias globalizadas, donde ricos y pobres por igual son víctimas. A ello agregó las otras pandemias como la del hambre, que ha aumentado en tiempos recientes ya que muchas personas perdieron su trabajo.
Tras señalar que el hambre es la manifestación biológica de una necesidad sociológica, indicó que se podría acabar con este mal, pero las grandes potencias han preferido invertir en armamento nuclear, por encima de pagar la vacuna contra el COVID-19 para toda la población, tanto para ricos y pobres.
Desde su perspectiva, el neoliberalismo lleva a la negación de la vida de los pueblos, por ello afirmó que México no es un país pobre, es una nación con grandes recursos, pero su población está empobrecida. “Tenemos que cambiar este modelo”, afirmó al referirse a ésta corriente política y económica capitalista, pues la devastación que sufre el mundo tiene relación con las corporaciones trasnacionales que ponen en peligro a la Madre Tierra y al sistema planetario; ejemplo de ello es la devastación de la Amazonia ocasionada por la especulación financiera.
Habló también de otro monocultivo, el de las mentes, con los tóxicos de la propaganda donde está la dominación o el sometimiento, por ello llamó a la rebeldía de los pensamientos. El pacifista cuestionó el objetivo de la educación, pues ésta debería tener como fin la formación de personas libres, de consciencia y críticas, “la ruta es esa, encontrar el camino de liberación”.
Frente a este panorama de muerte, conflictos armados, hambre y pobreza, confió en que hay posibilidades de cambiar la situación. Refirió que el ex presidente brasileño Lula Da Silva fue contra un sistema de dominación, logró sacar de la miseria y pobreza a 40 millones de personas que recuperaron su dignidad como seres humanos. Otro ejemplo fue el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, también en Brasil, que consiguió cambiar la forma de uso del suelo.
Consideró que los organismos internacionales han logrado avances en favor de la humanidad a pesar de las presiones económicas que tienen, pero aún falta establecer sanciones a quienes destruyan el medio ambiente. “Estamos proponiendo una reforma del Estatuto de Roma, los crímenes de lesa humanidad contra la Madre Tierra en el Artículo 7, y que se integre al Tribunal Penal Internacional”, comentó, al hablar sobre la propuesta de un nuevo contrato social donde la humanidad se sienta representada, con la participación de los pueblos.
“La vacuna no es suficiente. Para que exista un equilibrio planetario tenemos que empezar a reforestar la tierra, frenar la contaminación de los ríos y de los mares”, concluyó el miembro del Comité Ejecutivo de la Asamblea Permanente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), sobre derechos humanos. “Otro mundo es posible si nos unimos, si creamos consciencia crítica y valores para enfrentar, no solo éste coronavirus, para enfrentar los desafíos que la humanidad y la Madre Tierra nos reclaman”.
Por su actividad a favor de los pobres y de la no violencia, en 1988 el doctor Adolfo Pérez Esquivel recibió el Premio Nobel de la Paz.