MINERAL DE LA REFORMA, 23 MAR/NEWS HIDALGO/.- 00El 23 de marzo de 1994, el candidato a la presidencia de la República Mexicana, Luis Donaldo Colosio Murrieta, fue asesinado en Lomas Taurinas, Tijuana. Para esclarecer el caso, una serie de especialistas recurrieron a la ciencia, siendo Ventura Rodríguez Lugo, profesor investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), líder de uno de los equipos que participó en la investigación del magnicidio.
“En estos casos, lo más importante es seguir métodos y reglas que permitan realizar una interpretación de los datos para facilitar la aplicación de la justicia”, declaró el investigador Garza, quien en ese momento se encontraba trabajando en el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El equipo del docente, quien ahora labora en la máxima casa de estudios de Hidalgo, se encargó de analizar la chamarra del candidato en busca de residuos de plomo y antimonio, con el objetivo de comprobar si cerca del objeto se disparó un arma. Asimismo, mediante microscopía electrónica de barrido, se identificaron las características de la arcilla que estaba adherida a la bala para verificar si procedía del mismo lugar donde ocurrió el crimen.
En aquella época, el ININ poseía el software Sirius para realizar simulaciones moleculares. Con él, determinaron que los dos disparos provinieron de la misma arma, descartando la teoría de un segundo tirador. “Identificamos con precisión el intervalo entre cada disparo. Esto permitió aclarar que alguien agarró el brazo del individuo que disparó el arma, para bajar la pistola, sin embargo, el perpetrador disparó por segunda ocasión, provocando que el cuerpo girara”, enfatizó.
A su vez, con ayuda de la física teórica, la astronomía y la mecánica lagrangiana, siendo esta última una forma más matemática y general de describir cómo se mueven las cosas en el universo, se reconstruyeron las trayectorias tanto de la bala como de la caída del cuerpo.
Ventura Rodríguez aclaró que, durante aquella época, la Procuraduría General de la República (PGR) contaba con equipo de alta tecnología para el análisis de ADN, huellas dactilares, entre otros, lo que permitió entregar resultados rápidamente, incluso antes que la Agencia Federal de Investigación e Inteligencia (FBI, por sus siglas en inglés), de los Estados Unidos de América.
El uso de técnicas analíticas, como las espectroscópicas y cromatográficas, en los procesos judiciales brinda información fundamental para esclarecer los hechos de un crimen. Por ello, es necesario atender una problemática latente al interior de las fiscalías y procuradurías del país: la falta de personal forense capacitado en el uso de estas herramientas, capaz de aprovechar todo el potencial que tiene el equipamiento con el que cuentan.
El especialista Garza puntualizó que, si no se le da un impulso a la formación del capital humano, se continuarán
cometiendo errores en la recolección y manejo de evidencia, que podría entorpecer las investigaciones. Ante esto, mencionó los casos de las fosas clandestinas, donde la toma de muestras de los restos debe manejarse con cuidado para evitar contaminarlas.
Por último, Rodríguez Lugo destacó que la ciencia de los materiales no solo puede aplicarse a casos de homicidios, sino también a temas como fraude, tráfico de drogas, la investigación arqueológica, la industria para la creación de nuevos materiales que se pueden ocupar para la construcción o mejora de equipos, entre otras aplicaciones.
La trayectoria y conocimiento de investigadores especializados en ciencia forense como Ventura Rodríguez Lugo
fortalecen la formación de nuevos profesionales en la UAEH, garantizando que las futuras generaciones cuenten con las herramientas necesarias para contribuir al desarrollo científico y a la impartición de justicia en el país.
