Cultura

El ciclo de la vida y la muerte presente en el Festival de la UAEH

PACHUCA DE SOTO, 01 NOV/NEWS HIDALGO/.-  El ciclo de la vida y la muerte se hizo presente durante el cierre de la edición número 13 del Festival “Entre Muertos y Catrinas” de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), mediante “Linín: un ciclo sin fin”, un espectáculo de danza y música en vivo que cimbró el corazón de la audiencia que se dio cita en el Auditorio “Josefina García Quintanar”, ubicado en Ciudad del Conocimiento.

La Dirección de Promoción Cultural de la UAEH organizó este festival, con el objetivo de preservar las tradiciones
mexicanas y acercar a la sociedad en general a eventos artísticos y culturales. Para la edición de este año, se eligió como eje temático a las leyendas, las cuales forman una parte importante de la historia de los diferentes estados del país y que se transmiten de generación en generación hasta convertirse en parte del patrimonio cultural de las regiones.

La presentación artística contó con la participación de los grupos de danza folclórica infantil y juvenil de “FormArte”, la Agrupación de Danza “Fusiforme”, la Compañía de Danza Experimental Femenil “Cihuatl” y el Grupo de Cuerdas “Raíces”, quienes, a través de la fusión de las disciplinas contemporánea y folclórica, narraron la historia de Itzel, una niña totonaca que despertó en la tierra de los muertos para emprender su viaje en los distintos niveles del Mictlán, conociendo las tradiciones y leyendas de sus ancestros.

Al terminar su ascenso por el Mictlán, Itzel llegó a la tierra de la vida para continuar su viaje en compañía de sus iguales: niñas de cabellos negros, piel morena y ojos llenos de asombro que cantaban y danzaban al ritmo de las guitarras y los tambores para romper el piso con su zapateado.

Entre sones, faldeos y zapateo, la audiencia fue testigo de las tres etapas esenciales de la vida de Itzel: su infancia,
madurez y su vejez. Esta última fase la envolvió en un caudal de telas blancas que representaron el río Papaloapan, para después aparecer con el traje blanco típico de Veracruz con el que emprendió el viaje de regreso al origen.

Al ritmo de “La bruja”, un son veracruzano emblemático de la época del retorno de las ánimas, Itzel se dirigió al ocaso de su vida para reunirse con quienes años antes se adelantaron al Mictlán. Allí fue recibida por la misma muerte, con quién danzó por última vez para volver a iniciar el ciclo sin fin de la vida y la muerte.

Mediante este tipo de eventos, la UAEH reafirma su compromiso con la preservación y difusión de las tradiciones
mexicanas, pues es importante fomentar entre las nuevas generaciones el aprecio y arraigo por nuestras raíces, mismas que nos dan identidad y nos ayudan a comprender quiénes somos.

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