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Werner Herzog: el cineasta que se comió su propio zapato

CIUDAD DE MÉXICO, 02 JUL/News Hidalgo/.-  François Truffaut, uno de los directores más representativos de la nouvelle vague (corriente cinematográfica francesa que se llevó a cabo a finales de los 50), calificó a su homólogo alemán, Werner Herzog, como el cineasta con vida más importante que existe.

Resultan curiosas las palabras de Truffaut si consideramos que algunas de las películas de Herzog incluyen escenas con personas con enanismo crucificando a un mono, al famoso actor galés Christian Bale comiendo gusanos de verdad, o a una gallina bailando al ritmo de música country. Sin embargo, basta hacer un recorrido por la vasta filmografía del alemán para entender su aportación tan significativa al séptimo arte, así como la influencia que tiene no sólo en la ficción, sino también en el documental.

Nacido en Múnich en 1942, su primer recuerdo se remonta a la ciudad de Rosenheim envuelta en llamas tras un bombardeo de la II Guerra Mundial. Tras huir de los vestigios bélicos, llegaría con su familia a un pueblo sin drenaje y electricidad, rodeado de naturaleza en los alpes bávaros y aislado de la civilización.

La ausencia de comodidades durante su infancia influyó radicalmente en su trabajo. No conocería el cine hasta que un proyeccionista acudió a su escuela para dar así, desde su juventud, propósito a su vida. Al regresar a Múnich a los 12 años, se involucró de lleno en el mundo de los filmes e, incluso, se hizo de una enciclopedia sobre realización cinematográfica.

Para cumplir sus sueños Herzog hurtó una cámara de una escuela de cine, acto del cual dice no estar arrepentido pues más que un delito era una necesidad. A los 20 años filmaría su primer corto titulado Heracles (1962) y es aquí cuando comienza la historia del hombre que fundó el movimiento del neuer deutscher film (nuevo cine alemán).

Etiquetado como un director caprichoso y extravagante, Werner sabe abordar cualquier temática. Ya sean volcanes, pinturas rupestres, monjas, enanos, o evangelistas, Herzog no fabrica situaciones sino que su lente nos deja apreciar un mundo mitificado por el poder de la imagen.

Un esclavo del perfeccionismo que para expresar sus ideas llega a puntos extremos y debatibles. Por ejemplo, durante el rodaje de Aguirre, la ira de Dios (1972) mandó a su equipo a arrastrar un barco en una colina; en el filme También los enanos empezaron pequeños (1971) se lanzó a un campo de cactus para compensar lo que su elenco pasó, y en el documental La Soufrière: esperando un desastre inevitable (1977) expuso a la producción a una erupción volcánica.

Su sentido visionario alejado del comercialismo y descontaminado de las manos de Hollywood le permite escribir o documentar personajes con un fuerte sentido de la búsqueda de la identidad. Todo ello a través de un presupuesto limitado, estética cruda pero realista y situaciones que sólo podían nacer de su genio creativo.

Herzog es auténtico fuera y dentro de las filmaciones. Para pedirle matrimonio a su primera esposa caminó más de mil kilómetros, durante una entrevista una bala perdida lo hirió y siguió como si nada pasara, y además le dijo al documentalista Errol Morris que si llegase a finalizar la película Las puertas del cielo (1978) antes del tiempo establecido, se comería su propio zapato; Morris lo consiguió y cumplió su reto.

El célebre crítico de cine, Roger Ebert, aseguró que incluso sus grandes fracasos son espectaculares. Werner dispone de una habilidad extraordinaria para contar historias extrañas con naturalidad, multidimensionalidad y un tratamiento humano como muy pocos.

En su última película, titulada Family Romance, LLC (2019), el director germano demuestra su compromiso por hacer las cosas diferentes. La cinta se proyectó en el Festival de Cannes en 2019 y es protagonizada por actores no profesionales. La premisa gira en torno a un modelo japonés de negocios que permite alquilar personas para que sean sustitutos de familiares u otros seres queridos, un fenómeno social que sólo sucede en el país del lejano oriente y que refleja la soledad de una civilización moderna.

El autor alemán celebra casi seis décadas de trayectoria con el estreno mundial en línea de Family Romance, LLC el próximo 3 de julio a través de Mubi, el servicio de streaming con curaduría. Sin duda, se trata de una oportunidad única para conocer por qué Herzog es un artista cuya obra ha logrado cambiar al cine para siempre.

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